La mayoría de las patologías que sufren nuestras aves o bien tiene un origen digestivo o bien esta es la vía de entrada que utilizan para acceder al organismo y poder desarrollar la infección. En esta situación podemos encuadrar enfermedades tan comunes como la Colibacilosis, la Coccidiosis, las Megabacterias, la Salmonelosis…
Nuestro objetivo debe ser crear un medio digestivo fuerte que evite el desarrollo o la colonización de aquellos microorganismos patógenos capaces de provocar una afección orgánica. A través de la estimulación de los mecanismos naturales que poseen las aves para combatir este tipo de patologías reforzaremos el estado inmune del ejemplar mejorando parámetros tan importantes como su estado sanitario o su rendimiento reproductivo.
Para ello debemos actuar a tres niveles fundamentales: refuerzo de la flora intestinal, regulación del pH digestivo y potenciación de la actividad hepática. La combinación de estos protocolos nos permitirá crear una protección digestiva que reducirá de forma exponencial el desarrollo de este tipo de enfermedades infectocontagiosas.